Las salas de Mar
del Plata siguen llenándose de gente ávida de consumir el mejor cine a nivel
internacional. Durante el día de hoy se conocieron nuevas películas de las
diferentes competencias y de las secciones paralelas y se desarrollaron
actividades especiales que gozaron de una gran convocatoria.
COMPETENCIA
INTERNACIONAL
El director alemán
Ramon Zürcher presentó The Strange Little Cat, una película
austera y de una sorprendente calidez que cuenta la dinámica cotidiana de una
familia berlinesa.
También fue el
turno de La herida, la impresionante primera
película del español Fernando Franco que pone en escena la crónica de un año en
la vida de Ana, un personaje que tensa sus días entre su vocación de servicio a
bordo de una ambulancia y su inevitable carácter autodestructivo.
La tercera película
de Competencia Internacional que pudo verse fue la venezolana Pelo
malo de Mariana
Rondón, un relato de iniciación en el que un niño aspira a emular el glamour de
una estrella pop, contra la inflexibilidad de una madre desprotegida y la
aspereza de una Caracas hostil.
COMPETENCIA
LATINOAMERICANA
Se presentó Las
niñas Quispe del
chileno Sebastián Sepúlveda. Un hecho histórico real ocurrido en Chile a
mediados de los setenta, es el motor que impulsa este relato ascético y emotivo
sobre la realidad de tres hermanas del altiplano, y su necesidad impuesta a
cambiar repentinamente de vida.
Además fue el turno
de Mambo Cool el
debut de Chris Gude que lleva a la pantalla ese mundo velado del Medellín
profundo; calles salvajes de dealers, prostitutas y almas perdidas.
Enrique Collar
llegó desde Paraguay para presentar Costa dulce, una película filmada bajo las
reglas de un dogma propio que aborda un viejo mito local: tesoros escondidos,
ocultados por familias durante la Guerra de la Triple Alianza.
También pudo verse
el debut como director del argentino Nicolás Lidijover que pone en escena la
historia detrás de un asalto con toma de rehenes, con un realismo pocas veces
visto en el cine local.
Se conoció la ópera
prima de María Boughen, Liberen a García que
narra la relación de dos chicas jóvenes en un instante de búsqueda personal y
fuga de su propio universo familiar hostil.
También pudo verse La
utilidad de un revistero de
Adriano Salgado, un cineasta que posicionándose en los bordes del cine
experimental, propone un juego narrativo y audiovisual a través de un uso del
espacio poco convencional.
OTRAS
ACTIVIDADES
En las “Charlas
con Maestros” le tocó el turno a Pierre Étaix, eminencia del cine
francés, antiguo colaborador de Jacques Tati, actor de grandes obras maestras y
director de otras tantas, exhibidas en la presente edición del festival.
Algunas de las emociones fuertes del festival se encontrarán en “Hora Cero”, la clásica sección de medianoche, ese lugar y
ese momento ideal para salir (o entrar) a toparse con lo más extremo (en lo
formal y lo temático) de la programación. Seis títulos en los que los nombres
ya lo dicen todo: Johnnie To (por partida doble), Sono Sion, Hitoshi Matsumoto,
Kiyoshi Kurosawa y la dupla Hélene Cattet & Bruno Forzani.
Casi como un
apéndice de esto, la sección “Las venas abiertas” ofrece
un paseo por lo mejor del cine de género latinoamericano, con nuevos y alegres
excesos como los de las nacionales Cichonga (Esteban
Rojas), El día trajo la oscuridad (Martín Desalvo), Entre
las sombras (Samot
Marquez), Justicia propia (Sergio Mastroberti),Sonno profondo (Luciano Onetti) y el estreno mundial
de Videoclub, de Pablo Illanes, en una amplia variedad de
temáticas y estilos.
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