La dupla Serrat-Sabina también tuvieron un espacio especial en la 28º Edición del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata.
A sala llena y ante
la presencia de su director, Francesc Relea -quien se prestó a una charla al
terminar la proyección- los espectadores pudimos disfrutar de la película ‘SERRAT Y SABINA: EL SIMBOLO Y EL CUATE’. Su historia
arranca junto al mar. Empieza en el Mediterráneo
(Menorca) y continúa en el Atlántico (Cádiz), donde Joan Manuel Serrat y
Joaquín Sabina escriben a cuatro manos las canciones de La
orquesta del Titanic, el
disco de su segunda y última gira conjunta por tierras americanas. La película
se remonta varias décadas atrás, cuando los dos artistas descubrieron aquel
continente, con el que mantienen una larga historia de amor.
Serrat viaja por América Latina
desde hace 45 años. Estuvo exiliado en México cuando la dictadura franquista
ordenó su persecución. En Argentina y Chile sigue vivo el recuerdo del compromiso
del Nano contra
los regímenes militares que le declararon persona no grata.
Sabina llegó más tarde a América.
Su poesía y su actitud canalla seducen a un público que abarca varias
generaciones. En Argentina, canta con la fuerza de un rockero y el
sentimiento de un tanguero. En México, los
mariachis y las orquestas de pueblo entonan Y nos dieron las 10 sin
saber que la escribió
Sabina.
“El símbolo y el cuate” es un viaje con dos
artistas distintos y cómplices a través de un continente que ha vivido grandes
cambios, y dónde han echado raíces profundas.
Serrat es el símbolo para toda una generación, que
le venera como un referente. Sabina es otra cosa. Es el cuate, esa palabra tan
mexicana que describe al amigo, el colega, el
cómplice.
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